Muchas de las enfermedades y molestias que el pequeño padece pueden estar asociadas con problemas afectivos o sentimentales. Los niños, e incluso los bebés, también sienten rabia, estrés, dolor o frustración y se manifiesten a través de su cuerpo.“Las emociones pueden afectar la salud de nuestros hijos en la medida que el cuerpo responde a la forma en que el niño piensa, siente y actúa. Un nivel de salud emocional bajo puede debilitar el sistema inmune y causar una mayor vulnerabilidad a sufrir gripes o infecciones durante periodos de estrés alto.
Un ejemplo claro es cuando nuestro niño tiene que enfrentar situaciones nuevas y de un momento a otro le duele el estomago, o la cabeza o le da fiebre; estos malestares son reales y existen siempre por alguna causa, sucede muchas veces que se siente inseguro, que tiene miedo,etc; es por ello que debemos estar alertar y darle la confinaza suficiente para que pueda expresarla de manera verbal y que no sea su cuepo a expresar lo que siente.